La escena se desarrolló en el escenario de una popular competencia de talentos,
donde concursantes de todos los ámbitos de la vida competían por la oportunidad de mostrar sus talentos y cumplir sus aspiraciones de toda la vida.
Entre ellos se encontraba un artista cuyo talento natural y conmovedora historia resonaron profundamente con Cowell y la audiencia.
El concursante, con los nervios visiblemente evidentes, ofreció una actuación que fue nada menos que hipnotizante.
Con cada nota cantada o cada movimiento ejecutado, pusieron todo su corazón y alma en su arte,
dejando una impresión indeleble en todos los que fueron testigos.