¿Quién puede resistirse a un buen bizcochuelo? Esos que son tan esponjosos que parece que uno está mordiendo una nube.
Si buscás esa textura perfecta y un sabor inigualable, te presento esta receta tradicional, con un toque dulce que lo hace único.
Ingredientes
4 huevos3/4 de taza de azúcar3/4 de taza de harina leudante2 cucharadas de miel2 cucharadas de lechePreparaciónEmpezá precalentando el horno a 160ºC. Mientras, prepará un molde: colocale papel manteca y pincelalo con un poco de manteca para que no se pegue.Calentá levemente la leche y mezclala con la miel. Reservalo.Tomá las claras de los huevos y batilas a punto nieve. Mientras batís, añadí de a poco el azúcar hasta integrarlo bien y obtener un merengue firme.A este merengue, incorporale las yemas de huevo, pero de a una y con movimientos envolventes.Sumale la harina leudante previamente tamizada. Hacelo en partes y con cuidado, para que la masa no pierda aire.Una vez integrada la harina, añadí la combinación de leche y miel, y mezclalo suavemente.Vertí esta preparación en el molde. Dále unos golpecitos suaves para eliminar posibles burbujas de aire.Llevá al horno y horneá hasta que, al tocar la superficie, el bizcochuelo vuelva a su forma original.Cuando esté listo, retirá del horno y desmoldalo dándolo vuelta, permitiendo que se enfríe. Es bueno cubrirlo con film para que mantenga su humedad y no se aplaste.Luego de algunas horas, está listo para cortar y disfrutar. Las porciones ideales son rebanadas un poco gruesas, perfectas para acompañar con un mate o café.Este bizcochuelo es la mezcla perfecta de suavidad y dulzura. Es ideal para esos momentos en los que querés algo dulce pero no muy pesado. ¿La mejor parte? ¡Es super fácil de hacer! Así que, sin más preámbulos, ¡a la cocina y a disfrutar!